Uno de los pocos encargos que el estudio de Piano y Rogers recibió como fruto de un polémico triunfo en un concurso del Pompidou fue precisamente la sede del IRCAM (Institute de Recherche et Cordination Acoustique/Musique). Como irónico contrapunto a la locuacidad expresiva del primero, el segundo se iba a construir totalmente bajo tierra en una plaza contigua. Su único contacto con la superficie de la ciudad era el acceso y el patio de luz que iluminaba corredores y escaleras.
Diez años después de terminada esta caja de música subterránea, el Instituto, agobiado por la falta de espacio, decidió ampliar sus dependencias aprovechando el solar vacío de la esquina con la plaza Georges Pompidou. Y es justamente en esa esquina, enfrentada diagonalmente a su gran obra de juventud, donde Piano a tenido que vérselas consigo mismo.
Y es que cualquier intento de competir formalmente con el Beauburg habría sido un estrepitoso fracaso. Por ello, el edificio se configura como un discreto ángulo de ladrillo que se convierte en una pequeña caja de cristal al doblar la esquina. En conjunto, no es más que un núcleo de escaleras, ascensores y vestíbulos que dan acceso a la biblioteca instalada en el edificio contiguo. Pero todo tiene un toque singular.
El ladrillo tiene el aspecto de un grueso muro de carga, pero cuando uno se acerca comprueba con asombro que se trata de conjuntos de piezas cerámicas cuidadosamente colocadas en marcos de aluminio y tratadas como paneles ligeros colgados de vigas horizontales. Esta forma de colocar paneles en marcos metálicos de aluminio tiene su antecedente más famoso en los escalones y otros elementos de la Maison de Verre (de Pierre Chareau), uno de los edificios que más ha inspirado a los arquitectos high tech, no solo por los detalles, sino por ser una obra de auténtica artesanía industrial.
El ascensor, para seguir la moda del vértigo panorámico, es prácticamente exterior, permitiendo así una insólita visión dinámica del Pompidou y de las estrambóticas esculturas de la plaza Saint-Merri (hoy dedicada a Igor Stravinsky).
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Y es que cualquier intento de competir formalmente con el Beauburg habría sido un estrepitoso fracaso. Por ello, el edificio se configura como un discreto ángulo de ladrillo que se convierte en una pequeña caja de cristal al doblar la esquina. En conjunto, no es más que un núcleo de escaleras, ascensores y vestíbulos que dan acceso a la biblioteca instalada en el edificio contiguo. Pero todo tiene un toque singular.
El ladrillo tiene el aspecto de un grueso muro de carga, pero cuando uno se acerca comprueba con asombro que se trata de conjuntos de piezas cerámicas cuidadosamente colocadas en marcos de aluminio y tratadas como paneles ligeros colgados de vigas horizontales. Esta forma de colocar paneles en marcos metálicos de aluminio tiene su antecedente más famoso en los escalones y otros elementos de la Maison de Verre (de Pierre Chareau), uno de los edificios que más ha inspirado a los arquitectos high tech, no solo por los detalles, sino por ser una obra de auténtica artesanía industrial.
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Hola, muchas gracias por toda la información. Soy estudiante y en mi proyecto quería utilizar una fachada similar, pero no sé muy bien como sería la sección. Tendría piezas cerámicas fijadas a una subestructura autoportante, cámara de aire, aislante y la hoja interior no se bien como se resuelve. Gracias
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